viernes, mayo 17, 1996

Viajar y Morir en El Metro

Viajar y Morir en El Metro

 

Si usted se ve en la obligación de viajar todos los días a su trabajo o centro de estudios, y no posee un medio de transporte propio, lo más probable es que tenga que pasar por una de las experiencias más horrendas en lo que a medios de transporte se refiere:
El Metro: Luego de pasar por una cola que duplica el tamaño de la de un concierto de los “Rolling Stones” para comprar un pasaje, nos vemos atrapados entre un inmenso cúmulo de gente que batalla para entrar en uno de los diminutos vagones del tren.
Pasadas varias estaciones, durante las cuales uno ya ha reducido su volumen debido a la presión, uno intenta salir a través de un muro, con personas en vez de ladrillos, que nos empuja de nuevo hacia el interior del vagón.
Luego de varios intentos (aproximadamente la tercera vez que uno llega a la estación destino), uno logra bajarse y continúa con el recorrido.
Si a uno (como sucede en mi caso) le toca atravesar por la transferencia, debe cuidarse de los empujones, pisotones, puñetazos y malos olores, que se reciben durante el camino donde lo que predomina es el “ganado humano”. Al culminar esto, la historia del vagón vuelve a repetirse.
Cuatro horas mas tarde, si uno no está muerto por la asfixia, puedo asegurarle que saldrá, de nuevo entre pisotones y empujones, al mundo exterior, y se dará cuenta de que lo empujaron por la salida equivocada en una estación desconocida…

17/Mayo/1996
EEDC
Hora de Estilo Y Redacción