sábado, septiembre 09, 2006

T-II


Terra II

Tras ocho meses de vuelo, la nave aterrizó en Terra II. Ya para este momento, los 9 viajeros han formado lazos e iniciado y resuelto rencillas, todo ello potenciado debido al espacio restringido y la falta de privacidad. La estructura de mando formada ha sido respetada, era una experiencia nueva y de su adhesión a la normativa dependía su supervivencia.

Terra II disparó simultáneamente sentimientos de alegría y nostalgia en un grupo de personas que no podía evitar sentirse familiarizado con un espacio que sabían extraño: luego de ocho meses de ver pantallas y botones, y las mismas caras; al fin árboles, ríos y animales decoraban el paisaje, y el aire fresco rozaba sus caras.

Durante los primeros días se mantuvo la estructura militar. Las órdenes recibidas en Tierra carecían de validez: Sin forma de regresar o manera de comunicarse con casa, todos se tornaron en busca de respuestas a quien los mantuvo con vida durante el trayecto.

Ana Victoria distribuyó los cargos de forma casi dictatorial: ella y Mayka, las únicas con conocimientos de supervivencia, dejaron encargados a Ana María y Marco en el diseño y construcción de un campamento, mientras ellas salieron a investigar el territorio y recolectar provisiones.

Mauro, quien había dedicado gran parte del tiempo en la nave a aprender de cada uno de sus compañeros un poco de sus especialidades, ahora podía instruir al resto para que todos puedan ser útiles en las diversas tareas.

La prioridad de Ledo, tras hacer exámenes médicos a toda la tripulación poco después de aterrizar para comprobar los efectos del viaje, era cuidar a Luisa, cuyos 6 meses de embarazo eran una situación delicada debido a las malformaciones que esperaban de un feto desarrollado parcialmente en gravedad cero.

Aunque preocupado por el destino de su criatura, Benjamín, comprobó que el lugar de aterrizaje era efectivamente el planeado con antelación y determinó las similitudes y diferencias entre los movimientos planetarios alrededor de Terra II y La Tierra, creando un sistema de orientación que tomaba a las estrellas como referencia. Mientras Mayka y Ana Victoria documentaban cartográficamente la zona, Anabella, fungiendo como historiadora, escribía cuanto podía de esta nueva experiencia, documentando a la vez todo en su cámara, mientras asistía a quien requiriera “una mano”.

La nave les prestó resguardo durante el tiempo que tomó la construcción de las viviendas. Cuando el campamento se convirtió en una pequeña aldea fue el momento para que el “reinado militar” de Ana Victoria llegara a su fin: Aún convencida de que podía guiarlos y protegerlos en la creación de esta nueva sociedad, su educación democrática le hizo saber que era hora de escuchar al resto del grupo.

Benjamín y Mauro fueron los candidatos propuestos: ambos supieron ganarse al público entre juegos de integración y canciones desafinadas. Nueve individuos “inteligentes”, y la elección se redujo a lo emocional, a quién se lleva mejor con todos.

La relación de “alumno y maestro a la vez” con todos los presentes le dio el triunfo a Mauro por un voto: es el único que sabe un poco de todo a estas alturas, y no ha tenido miedo de enseñarlo en función de una mejor convivencia. Bajo su dirección todo se hizo un poco más llevadero: aún cuando las condiciones no eran del todo placenteras y las funciones de cada quien se mantuvieron más o menos iguales, se pasó de una relación de cadena de mando lineal a un concejo de gobierno en el que el papel de Mayka, como gerente de comunicaciones, fue determinante.

Ana Victoria aseguró las fronteras para mantener a las bestias salvajes fuera de la aldea, y con la ayuda de Marco, construyó una serie de corrales para la cría de animales de consumo. Ledo ya no es solo médico, sino que también funge como veterinario.

Otra consecuencia del fin del período de emergencia fue el regreso de todos a la realidad: ya un poco más calmados, en una incipiente civilización, las nostalgias se hicieron presentes.

El más afectado fue Benjamín, quien tras la pérdida del bebé y su ruptura con Luisa sintió este vacío más que ningún otro, y frecuentemente regresaba a la nave para ver una y otra vez los archivos históricos de la Tierra, comenzó a hacer esto todos los viernes.

Dándose cuenta de esto, Anabella, decidió acompañarlo, e incorporar sus propios archivos recientes a los existentes en la máquina, creando la primera enciclopedia de la historia humana en Terra II, la cual utilizó luego para crear una serie de programas que proyectaría una vez al mes en el sitio de aterrizaje frente a toda la tripulación. La fecha de la primera proyección sería conocida más adelante como “El día de La Tierra”, con cuyo motivo se realizaría un festival anual celebrando los orígenes de la civilización.

Ana Victoria oficiaba un servicio religioso todos los domingos, si bien bajo su formación católica, lo suficientemente abierto como para que cada uno de los integrantes de la tripulación pudiera observar sus propias tradiciones y ritos (lo que años después derivaría en una religión mixta que sería la principal de esta nueva sociedad de Terra II).

El trabajo en conjunto unió a Mauro y Mayka, quienes pronto tuvieron al primer heredero del Nuevo Mundo, los siguieron Ana Victoria y Marco y, más tarde, Anabella y Benjamín. Tras las complicaciones del primer embarazo de Luisa, Ledo se vio obligado a utilizar el kit de inseminación artificial en ella, exitosamente, cabe acotar.

Y así empezó la colonización de Terra II…


09/NOV/2006
05:32 p.m.
EEDC